Llegas de visita a casa de unos amigos para conocer a su bebé. Al llegar y saludar con sus padres ves a ese ser tan pequeño, perfecto, hermoso e indefenso. En tu interior te invade la ternura e inmediatamente decides tocar aquellas manos tan delicadas. En ese intervalo, entre que contemplas y acercas tus manos, de repente te encuentras con la mirada profunda de unos padres que no atinan a comunicarte que te detengas… STOP!!! No te has lavado las manos. Además recuerda que los bebés se llevan constantemente sus manos a su boca y las chupan.
Ciertos padres te anunciarán al llegar a su casa las reglas de sanitizarte y no tocar al bebé. Otros simplemente se contendrán cuando incumplas estas reglas no escritas, pero omnipresentes. Habrá algunos que no les importará, sin embargo es importante entender que, desde el aspecto de salud, nuestras manos son vectores de contagio de enfermedades1. Recordemos nuestros posibles pasos previos a la visita, estos pueden incluir: la apertura de puertas, estrechar manos al saludar, manejar billetes y monedas, visitar el baño, haber cubierto nuestras bocas al estornudar o toser, etc. Además debemos recordar que en nuestra piel habitan hongos y bacterias, entonces al tocar las manos de un bebé, lo estamos exponiendo a un mundo al cual todavía no está preparado, volviéndolo susceptible a posibles contagios. La próxima vez que te pidan que te laves las manos o que no toques a un bebé, recuerda, no es exageración es prevención.
Por otro lado, los bebés son seres humanos que merecen tener su espacio y que lo respetemos. A un adulto no le gusta que lo estén tocando sin su permiso y éste lo sabrá comunicar. En el caso de los bebés, y niños también, los adultos tendemos a cargarlos, besarlos y hacer contactos que ellos muchas veces no quieren pero que todavía no lo pueden comunicar. Por estas razones debemos respetar su espacio y evitar tocarlos. Debemos ser conscientes acerca de cómo nos gustaría ser tratados si tuviésemos su edad.
1 Foster, J. & Chen, J., 2002. General Principles of Disease Transmission. Pediatric Annals
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